Su nombre proviene de su presentación que debe de resultar lo más estética posible. Su origen parece estar en los restaurantes cántabros de finales del XIX, y su elaboración consiste en cocer la langosta, separar la carne del caparazón, filetearla y presentarla adornada con ensaladilla rusa y mahonesa. Los más sofisticados le dan a los medallones un baño en gelatina para que resulten más brillantes. Suele emplearse la carne de la cabeza y los jugos para enriquecer la ensaladilla.
CARTAS SIN FRANQUEO (XCV)- LA INVOLUCIÓN Y LA CENSURA
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Como ya te comentaba el otro día, la ventaja, seguramente no la única, de
ir cumpliendo años, y ser capaz de observarlos, retenerlos y estudiarlos,
es ve...
Hace 1 año
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Nombre de la receta, zona y pueblo.