Se pone el bacalao en agua con laurel a cocer a fuego muy lento y cuando rompe a hervir se retira, se saca y escurre el bacalao y se reserva el agua de la cocción. En parte de este agua se diluye la miel y se va incorporando harina hasta que alcance la textura de una pasta para rebozar. Se enharina el bacalao, se reboza en la pasta obtenida y se fríe en aceite muy caliente. Se sirve con un toque de miel y una hoja de perejil por encima. Era un plato propio de cuaresma y semana santa.
CARTAS SIN FRANQUEO (XCV)- LA INVOLUCIÓN Y LA CENSURA
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Como ya te comentaba el otro día, la ventaja, seguramente no la única, de
ir cumpliendo años, y ser capaz de observarlos, retenerlos y estudiarlos,
es ve...
Hace 1 año
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