Bacalao. Realmente si hay una receta básica que se extienda por todas las mesas españolas es esta. Solamente hacen falta dos elementos, un buen bacalao y leña y sitio para montar una buena brasa. El bacalao, cortado en tajadas, se pone sobre una brasa y se va chamuscando por ambos lados hasta que alcance el punto de gusto que cada uno quiera. Es conveniente en el momento de sacarlo del fuego regarlo con un poco de aceite para que esté un punto más jugoso. Y en esto de darle el punto más jugoso y en lo de la guarnición para acompañarlo la variedad es casi infinita. Casi siempre se acompaña con patata, cocida, frita, en ensaladilla, a lo pobre y de cualquier otra manera que imaginar pudiera. Y lo mismo sucede con esa "hidratación", que pasa del simple chorro de aceite a una ensalada de pimientos, o de tomate o a añadir un toque de limón o vinagre al aceite. El límite es la imaginación del cocinero, y la simplicidad del plato invita.
CARTAS SIN FRANQUEO (XCV)- LA INVOLUCIÓN Y LA CENSURA
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Como ya te comentaba el otro día, la ventaja, seguramente no la única, de
ir cumpliendo años, y ser capaz de observarlos, retenerlos y estudiarlos,
es ve...
Hace 1 año
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