martes, 10 de abril de 2018

Zarangollo

Calabacín, cebolla y huevo. Se cortan el calabacín y la cebolla en rodajas, no es imprescindible quitar la piel del calabacín  y se pone el calabacín en aceite, no demasiado, caliente y fuego lento para que vaya evaporando, añadiendo a continuación la cebolla. Cuando la verdura está ya cocinada se agrega el huevo, sin batir y procurando que no rompa hasta que no esté cuajado. este plato se sirve indistintamente como entrante, como plato fuerte o como tapa, y en todo caso se acompaña de rebanadas de pan que puede ser frito o tostado. Es bastante habitual incorporar la patatat a la preparación, en cuyo caso el primer paso es cortar y preparar la patata como si fuera para una tortilla añadiéndole, y según lo descrito, el resto de los ingredientes. Aunque los puristas consideran importante que se respete la integridad física de los ingredientes es habitual encontrarlo en formato de revuelto en cuyo caso los huevos se baten antes de se agregados y el resto de ingredientes se dejan hacer más, hasta que se van deshaciendo.




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