Esta técnica se aplica con el pescado fresco recién descargado. Consiste en rociar con sal abundante -no salar- el pescado entero y dejarlo durante un par de días. Garantiza su mejor conservación y que el pescado quede entero y la carne prieta y en "conchas" a la hora de comerlo. Para cocinarlo no hace falta desalarlo, basta con lavarlo, pero tampoco debe de añadírsele sal.
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